dimecres, 3 de març del 2010

Teórica normalidad

En Santiago el terremoto afectó mucho menos que en el sur, por eso toda la organización de voluntarios que está surgiendo se dedica a recoger alimentos y material para enviar al sur. Se sabe que hay asaltos no sólo en los supermercados, sino también en los camiones que transportan todo lo conseguido para repartirlo lo más justamente posible. Todo es comprensible, seguramente la mayoría haríamos lo que estuviera a nuestro alcance para sobrevivir, pero las imágenes son horrorosas.
Me parece que ampliar el toque de queda y mandar más militares en la zona afectada es una medida que, si bien contribuye a la seguridad y a la mantención del orden, no crea más que miedo para los más desafortunados. ¿Qué pensaríamos si estuviéramos viviendo en un cerro, sin agua, sin comida, con niños y familiares muertos? ¿Qué haríamos?
La verdad es que sigo sientiéndome tan afortunada como a veces impotente, porqué lo más difícil ahora es vivir con esto, mirar la televisión y ver que a unas horas de donde vivo hay gente que está y estará intentando sobrevivir después de este gran desastre.

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