dimarts, 6 de juliol del 2010
Todo...
dijous, 1 de juliol del 2010
detalls III
Dar más vueltas que un reloj
Atar los perros con salsichas
Estar peinando la muñeca
Más loco que una cabra
Cantar las cuarenta
Más feliz que perro siguiendo la cola de un caballo
Más recto que una escoba
Estar donde las papas queman
dimecres, 30 de juny del 2010
detalls II
dimarts, 29 de juny del 2010
dimecres, 23 de juny del 2010
diumenge, 20 de juny del 2010
"lindo país esquina con vistas al mar"
I faré un cal·ligrama a l'estil Apollinaire i hi escriuré una de les frases més boniques d'aquesta setmana.
dilluns, 7 de juny del 2010
Me llaman calle.
El cartellismo puede convertirse en una afición, y cuando esto sucede la culpa recae, sin duda, a la abundante existencia de carteles en las concurridas calles de la apreciada capital.
Los carteles pueden ser, como todo hoy en día, bonitos y feos. Pueden ser largos, verticales, anchos, delgados, horizontales, coloridos o fomes. Pero está claro que en Chile – en los murales – informar es lo obvio y, quizás por esto, muchos lo olvidan, y lo dejan atrás. Parece que lo principal es insertar en el cartel las tipografías más extraordinariamente extrañas, colocadas de manera indistinta en horizontal o en vertical, e incluso en forma circular. Y (in)comprensible e (in)necesariamente aliñadas con las dichosas fotografías photoshopeadas para que sean lo más distinto posible de la realidad.
No obstante, es transcendente resaltar la esencia de estos murales callejeros, es decir, lo que desprenden, porque seguramente aquí es donde se encuentra su estética. Puede que no informen de forma directa y clara, pero colorean y ritmatizan las calles del Santiago que podría llegar a ser gris. Además, el cartellismo conlleva el andar siendo consciente, propone el desplazarse entretenido, llenando – como por sorpresa – todos los días de posibles planes. Sin duda, los carteles son parte de la cotidianeidad y dan por hecho la necesidad social de los extraterrestres que somos, hasta tal punto que una no sabe cómo se va a informar cuando ellos no estén. Ay, ay, ay.
dimecres, 2 de juny del 2010
En la isla



El mar. La libreta azul con motivos musicales se había llenado de polvo debido a su no-uso. La señorita de las postales se había dejado vencer por un tal reloj y su rapidez y por las decenas de telarañas cotidianas. Y las olas del mar. Además, sus lápices habían desaparecido sin dar explicación alguna de sus lugares habituales, de manera que su desplazamiento hacia otros espacios más concurridos había impedido a la señorita-postal arrastrarlos para acompañar a la libreta azul. Así, en medio de una cotidianeidad imprevista – ¡e imperdible! –, los que habían sido durante algunos meses compañeros de viaje, se habían esfumado discreta y, seguro, - y también - necesariamente. Con el sonido del mar.
Aun así, la obsesionada con las fotografías espaciales no olvidó pasearlos hasta Chiloé, donde no se perdieron los paisajes impresionistas y las mitologías de cuento. Y el aire del mar. En la isla pre-patagónica los instantes se miden por la intensidad de la luz, y esta explica, junto con el carácter del clima, la creación de cientos de mitos y leyendas que no dejan indiferente. Y la forma del mar. De hecho, el Trauco, la Fiura, el Invunche, el Caleuche y muchos más pasaron a ser parte de la vida chilota, consiguiendo una credibilidad más que sorprendente. Además, las más de 250 iglesias de madera construidas por los jesuitas (de las cuales 16 son patrimonio de la humanidad) contribuyen en la (re)creación de esta idea de isla-cuento-magia que Chiloé desprende. Sin tocar el mar.
La señorita de las postales ha imaginado, como no, la imagen ideal para el viaje que tanto polvo le ha permitido sacar a aquello que estaba quedando olvidado y que ha sido, sin duda, protagonizado por la transparencia del mar.
dimarts, 27 d’abril del 2010
dijous, 22 d’abril del 2010
23
colonialismo,
gesticulación,
estupidez;
derecha y
decadencia,
desmoronamiento.
Animalización,
imperialismo.
Civilizaciones
con religión,
mitología,
leyendas.
Derramamiento de sangre,
batallas y
hombres a caballo.
Escudo,
bandera,
nación,
historia
y cultura.
Palabras
con rosas.
dissabte, 10 d’abril del 2010
Y tan rápido
Al momento en que una echa de menos a la otra, y viceversa, los conductores de los autobuses urbanos de Santiago no dejan de apretar el gas y recorren la ciudad como si de una carrera de camiones de bomberos se tratase. Además, y manteniendo la casualidad en primer plano, dos catalanas viven en la capital chilena sin tener plata en la targeta de transporte cuando los conductores se ponen de acuerdo para no permitir llevarlas sin pagar. Teniendo en cuenta la amabilidad que siempre habían expresado los drivers, esto no parece ser más que un webeo.
El otoño decide protagonizar, al fin, las noches y los días de este abril que, como todos los otros, vuela, vuela y se va. Por eso, los empresarios, los estudiantes, los políticos, las nanas, los quiosqueros y las verduleras deciden optar por el carpe diem para evitar verse en un hipotético 2022 sin haberse dado cuenta.
Así, mientras caen las hojas de los árboles, los conductores corren demasiado, los políticos no dejan de webear con sus negocios, el Barça gana, la universidad exprime los estudiantes, las películas no dejan de inventarse y el chocolate sigue siendo uno de los puntos débiles de la mayoría de los humanos, el tiempo pasa y nosotros no dejamos de ser tan efímeros como lo fueron los dinosaurios, los incas, los romanos o los Avatars.
dimarts, 23 de març del 2010
Era d'aquí i d'allà.
no ho dic jo, sinó Fassbinder.
Gargotejar.
diumenge, 14 de març del 2010
8
Chile ha cambiado para el mundo, para Chile mismo, para los chilenos, y para mí. Vivo en un Chile distinto, porque soy distinta a la Cora de febrero, de noviembre, de septiembre o de agosto.
Me siento egoísta porque los humanos lo somos. Miramos la catástrofe desde la ventana, o desde el sofá cómodo y el televisor enorme. No sentimos el desastre, porque no lo tocamos, ni lo procuramos imaginar, porque la desgracia así no entra en nuestras deducciones de lo que podría ser. Con esto no quiero ser exageradamente crítica, aunque estas palabras lo parezcan. Pero, por primera vez en mi vida, siento que tengo mis pies y mi vida (¡efímera!) en la catástrofe, aunque la viva relativamente desde lejos. Por eso me siento impotente y egoísta, porque quiero contribuir con mi granito de arena a que esta realidad cambie, aunque sea lentamente. Así, teniendo en cuenta que de momento es muy difícil mejorar el caos-realidad que se vive a unas horas de mi casa, estoy contenta de haber podido comunicar. Por fin, creo que he podido hacer algo para algo, aunque, esta vez, fuese transmitir el desastre.
dimecres, 3 de març del 2010
Teórica normalidad
Me parece que ampliar el toque de queda y mandar más militares en la zona afectada es una medida que, si bien contribuye a la seguridad y a la mantención del orden, no crea más que miedo para los más desafortunados. ¿Qué pensaríamos si estuviéramos viviendo en un cerro, sin agua, sin comida, con niños y familiares muertos? ¿Qué haríamos?
La verdad es que sigo sientiéndome tan afortunada como a veces impotente, porqué lo más difícil ahora es vivir con esto, mirar la televisión y ver que a unas horas de donde vivo hay gente que está y estará intentando sobrevivir después de este gran desastre.
dilluns, 1 de març del 2010
y fuerza.
Hoy en la tarde he paseado por la ciudad, sobretodo he visitado algunos de los sitios más afectados (menos los barrios más pobres donde uno no puede acceder). El barrio Brasil quizás es el que más me impactó porque en la mayoría de las calles hay restos del terremoto. Además, allí vi una casa derrumbada y montones de personas procurando restablecer la ahora ya soñada normalidad. El edificio de la universidad donde estudio ha sufrido también algunas destrozas, así como la iglesia de Providencia.
Por ahora, mirar las noticias es, a la vez que una necesidad, una agonía. Se siente un impacto tan grande, un miedo y una incerteza que ponen, literalmente, los pelos de punta.
Mañana vamos a dar sangre porque en los hospitales ya se está terminando. Poco a poco se crean los voluntariados para ayudar a quienes realmente lo necesitan, así que, sin duda, vamos aprovechar nuestra suerte dando soporte a los que no la han tenido.
Mientras construimos la cotidianeidad, esperamos con miedo no volver a vivir los mintuos más largos de la vida.
diumenge, 28 de febrer del 2010
Tranquilidad
El epicentro del terremoto fue a unos 380km de Santiago, así que una no puede imaginar la impresión del movimiento allí. De hecho, incluso después de unas horas del desastre, no es fácil pensar en lo que vivimos. Sinceramente, no recuerdo bien cómo nos movimos, no puedo hacerme cargo de mi reacción, y es que el miedo y el no-saber-qué-pasará cubrieron el cuerpo y el corazón. Vivimos los minutos más largos de nuestra vida, ojalá nunca vivamos esto otra vez.
Todavía siguen las réplicas, todavía sentimos movimientos, pero estamos tranquilos. Chile es un país fuerte, la calidad de muchas edificaciones (construidas teniendo en cuenta los movimientos sísmicos) impidió que la catástrofe fuese mayor; y esto es una suerte.
Como leíamos ayer en una noticia de un medio chileno: "las casas chilenas tienen que aguantar, por eso pongan play a la música y respiren tranquilos".
dilluns, 22 de febrer del 2010
Con-ciencia
En el edificio, uno contribuye separando las botellas de la basura, que se acumula día a día en las calles de todo tipo. Representa que diferenciando vidrio y restos el trabajo ecológico está hecho.
En el fondo, no se trata de ver el avance de Europa o de USA en lo que a la ecología se refiere, sino a darse cuenta de cómo unos y otros focalizan e interfieren en las conductas del personal ovejas que convivimos en sociedad.
De hecho, el otro día, retornando -ecológicamente- las chelas vacías a la botillería, el amigo vendedor casi que nos felicitió para dedicarnos a devolver dichas botellas. Unas horas después, en el supermercado, los chicos que se dedican a llenar bolsas de plástico con los productos comprados por uno (y que se ganan el sueldo a través de las propinas), me miraban extrañados. Llevando la bolsa de ropa, siendo ecológica, les estaba quitando su empleo.
dilluns, 15 de febrer del 2010
Colecciones
Aun así, mi colección preferida era la de mi abuela y sus botones. Ella es la reina de las creaciones con ropas, hilos y botones. Por eso, siendo fiel a su arte, colecciona miles de botones en distintos de los cajones paradisíacos. Igual que Amélie cuando pone la mano dentro del saco de frijoles (¿eran frijoles o lentejas?), nosotras poníamos los dedos y nuestras emociones, y jugábamos así con el ruido de los botones de colores.
Cuando dejé de poder contas mis años con las manos empecé a dejar de coleccionar. Una se vió en la época en que todo era susceptible de terminar, un día u otro, en el bonito canasto de mi habitación. Sin embargo, coleccionaba montones de intereses que, sin darme cuenta, se iban amontonando en algún cajón del cerebro. Junto con los intereses - pero en otro cajón- guardaba, cómo no, los recuerdos.
Así, entre intereses y recuerdos, empecé a escribir y, así, reinicié de nuevo una colección. La verdad es que no escribía mucho, simplemente ideas, pequeños esbozos de historias que nunca tendrían fin y típicas frases que, en general, agradan y atraen.
Después de los escritos, continué con la música. Para ampliar mi minibiblioteca musical, los amigos y los viajes siempre han sido elementos indispensables. Es bonito darse cuenta de lo poco que se conoce para lanzarse a descubrir. Canciones y películas; muchas películas, mucha música.
El otro día me di cuenta de que ahora que ya ni de coña los años se cuentan con las manos, resulta que he comenzado, sin ser yo consciente, una colección. La colección de postales. Empezó casi ocho meses atrás y consiste en guardar una postal de cada sitio por donde viajo. Procuro capturar, además de la postal, la emoción que siento, y la guardo en la parte en blanco de toda fotografía. Escribo el sentimiento - junto con la fecha- con un lápiz blanco y negro que mi mamá me regaló años después de mi colección de lápices. En él aparece: "Yo no pinto lo que veo, pinto lo que pienso".
dimarts, 2 de febrer del 2010
Nada que ver
De Santiago, Carola, Cèlia y yo conocimos, básicamente, su vista panorámica gracias a unos parapentes que nos sirvieron de herramienta para despegar el vuelo de ida. Subimos al cielo para alejarnos del suelo y conseguir darnos cuenta de dónde estábamos, de qué hacíamos, de quién éramos en definitiva. Volar fue genial, increíble. Al aterrizar (con algunos mareos de más) sólo lo conseguimos físicamente, y es que mentalmente estuvimos webeando por las nubes en general -y por el país en particular-.
Los colores de Valparaíso tenían todavía más tonalidades esta vez, seguramente más intensidad, más fuerza. Los momentos fotografiados en la mente transmiten la alegría tranquila de cada flash.
Después de Valpo, la vista y las miradas, continuamos la volada hasta Pucón, a los pies del volcán Villarrica, típica montaña de postal que deja a uno con la boca abierta. Allí, el calor de la playa (en el lago grande), del ambiente y de las termas naturales nos relajó de modo tal que nuestras fuerzas para tocar de pies al suelo se fueron, óbviamente, volando. Así, pasamos los otros días en el Parque Nacional Huerquehue y en Caburugua, donde vimos saltos, lagos, vegetación y comimos risas y recuerdos.
Los salta miralta en las fotos, las caras de felicidad y los bonitos paisajes son sólo fotografías. Es sabido por todos que los píxels pocas posibilidades tienen para conseguir transmitir lo mismo que la realidad del momento. Está claro que estas fotos no lo pretenden, simplemente son documento, enseñan y guardan el recuerdo tan vivo de este vuelo intenso y fugaz. Efímero. Gràcies nenes.
dilluns, 18 de gener del 2010
Capítulo 10 - The road is a river
El último día en Salta no fue en la ciudad misma, sino en San Lorenzo, una reserva natural al estilo Indiana Jones versión latinoamericana - por la selva, me refiero -. Subimos hasta la cima y desde allí nos lanzamos a volar con un zip-line -!!!- (tirolina) de más de 200 metros de largo y a más de 100m de altitud. Me impresionó el hecho de sólo ver árboles... pero me encantó el no tener a nadie empujándome, bastaba la curiosidad de la experiencia [¡ver Capítulo 9!]. En la noche me junté en un hostal de un amigo donde se organizó una cena espontánea a ritmo de guitarras y nacionalidades diversas (aunque siempre ganan, en número, los brasileños o argentinos mismos que viajan dentro del país).
Ayer fue un día película Almodóvar. Como es bien sabido, no soy de las típicas que vive situaciones de película, pero lo de ayer fue de guión. De Salta viajé hasta Tucumán y, en la estación, me esperaban dos chicas espléndidas, una de ellas amiga de la taita. Adriana y Euge me trataron como si fuésemos amigas de toda la vida. Junto con otra chica más, Bárbara, fuimos al cerro de Tucumán porque el calor de la ciudad era insoportable. Allí estuvimos en un jardín de casa Almódovar, donde tomamos mate y comimos carne (tares que, por cierto, borré de la lista de lo no-hecho). Además de adentrarme de puntitas por la vida de cada una de ellas, conocí de cerca la vida argentina, y esto me encantó. Sin duda, tomar mate define su forma de ser. Más que la hierba del mate, es todo lo que la tradición conlleva lo que justifica perfectamente su cultura y su ritmo de vida.
Hoy he pasado medio día en Mendoza y medio día en el bus. El paisaje de Mendoza a Santiago es impresionante. El valle del Aconcagua es una zona ahora definitivamente añadida a la nombrada lista de sitios, porque es majestuoso y mágico a la vez., sobretodo al atardecer. Además, aunque pasarse tres horas para cruzar la frontera en el Paso de los Libertadores no es lo mejor del mundo, he podido seguir las elecciones a través de un televisor de la PDI (Policia de Investigaciones de Chile). Así, llegar a Santiago y encontrarme con autos tocando el claxon como si de un triunfo del Barça de tratara no ha sido un shock tan fuerte para mí. Piñera ha ganado a Frei con un 51'8%. En las calles se olía esta separación brutal entre derechas y socialistas que los resultados demuestran tan bien. Qué miedo.
Así terminan mis capítulos.
Aquí termina este pequeño reto que, meses atrás, sólo estaba escrito en una de dichas listas. La verdad es que siempre es un placer tachar lo hecho (y darse cuenta de que todavía queda tanto) pero una siempre se queda con el sentimiento del "por-qué-pasa-todo-tan-rápido" e intenta dejar que pase tiempo antes de tacharlo en la libreta; a ver si se le olvida (porqué no habrá escrito esta tarea en ningún sitio) y puede tener otra vez, en alguna lista, cuatro palabritas que digan: "Repte: viatjar sola a...".
dijous, 14 de gener del 2010
Capítulo 9- "Y él los empujó. Y volaron"
Capítulo 8- Earth laughs flowers
Las cataratas del Iguazú son una maravilla telúrica y poética. Del lado argentino, el visitante se adentra hacia la rugiente caída del agua y sale transformado tras un bautismo de sonidos y selva (entrada)HAy que ir a las cataratas del Iguazú para sorprenderse, como fue allí su descubridor europeo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Alvar era jerezano, y si en el siglo XVI ya los de Jerez hablaban como ahora, es posible que exclamara. ¡Ozú!Hay un mon umento a Alvar Núñez en la confluencia de los ríos que nutren las cataratas. Son tan poderosas que ahora son más que la política: coexisten en tres fronteras, Paraguay, Brasil, Argentina, pero son un país entero: el país de las cataratas.Los que van al lado brasileño verán una especie de parque temático que no se toca: las cataratas como una hermosa fotografía, o un cuadro de Turner, impresionante y exquisito. Sin embargo, los que las ven desde el lado argentino tienen la posibilidad de descubrir, físicamente, la emoción que debieron de sentir los primeros pobladores, Alvar y los que le siguieron. En plenitud, estas catarats que vemos en el lado argentino representan un monstruo espléndido, cuyo ruido ensordecedor es como el sonido del mar en la tierra. Como si un motor inolvidable y perenne estuviera sonando para despertar al dios de una belleza.