dijous, 14 de gener del 2010

Capítulo 8- Earth laughs flowers

Salí de Buenos Aires en dirección a Puerto Iguazú, el pueblo cuna de las cataratas en la parte Argentina de éstas. Salí de la capital con ilusión para ver una de las maravillas naturales del mundo, pero no esperaba que todo fuese tan genial.
En Latinoamérica creen en la Pachamama, la madre tierra, que resulta ser la que alimenta, la que da frutos, la que crea la naturaleza, el mundo. Mi Pachamama particular (gràcies!) me reescribió una parte de un reportaje que se publicó en El Viajero, de El País, sobre las cataratas de Iguazú. La verdad es que una no se ve con la suficiente capacidad para transmitir con palabras lo que se vive y se siente al estar delante de las cataratas, así que voy a dejarlo en manos ajenas:
El mar en la tierra
Las cataratas del Iguazú son una maravilla telúrica y poética. Del lado argentino, el visitante se adentra hacia la rugiente caída del agua y sale transformado tras un bautismo de sonidos y selva (entrada)HAy que ir a las cataratas del Iguazú para sorprenderse, como fue allí su descubridor europeo, Alvar Núñez Cabeza de Vaca. Alvar era jerezano, y si en el siglo XVI ya los de Jerez hablaban como ahora, es posible que exclamara. ¡Ozú!Hay un mon umento a Alvar Núñez en la confluencia de los ríos que nutren las cataratas. Son tan poderosas que ahora son más que la política: coexisten en tres fronteras, Paraguay, Brasil, Argentina, pero son un país entero: el país de las cataratas.Los que van al lado brasileño verán una especie de parque temático que no se toca: las cataratas como una hermosa fotografía, o un cuadro de Turner, impresionante y exquisito. Sin embargo, los que las ven desde el lado argentino tienen la posibilidad de descubrir, físicamente, la emoción que debieron de sentir los primeros pobladores, Alvar y los que le siguieron. En plenitud, estas catarats que vemos en el lado argentino representan un monstruo espléndido, cuyo ruido ensordecedor es como el sonido del mar en la tierra. Como si un motor inolvidable y perenne estuviera sonando para despertar al dios de una belleza.
Además de la fuerza del agua, de la fuerza de la naturaleza que, aunque parezca silenciosa, no deja indiferente con su música, estos días en Iguazú han sido también bien llenos de alegría. Conocí a una chica de Navarra, Ana, que se ha lanzado a la aventura argentina por un mes y medio, y también a dos hermanos italianos (sempre que conec germans que viatjen penso en vosaltres, nenes!) super buena onda. Con ellos hicimos la visita a Brasil y a Argentina y lo pasamos rebien.
Estos días no dejo de acordarme de todo lo que me espera en Santiago, de todo lo que tengo ganas de hacer cuando llegue, y de todo lo que ya no estará también. De alguna forma, esto es porque me acerco ahora al segundo semestre en Chile y tengo bastante claro que quiero aprovechar muchísimo todo lo que aparezca.
He llegado en Salta hace unas horitas después de más de 24 horas de bus. ¡Qué locura!
Mañana voy a recorrer la conocida como 'Salta la linda', la que tanto encantó a Raca, quien escribió, un día cualquiera en la pared de su cocina: "Earth laughs flowers".

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